Embarazo en la adolescencia.
Datos
y cifras
·
Unos 16 millones de muchachas de
15 a19 años y aproximadamente 1 millón de niñas menores de 15 años dan a luz
cada año, la mayoría en países de ingresos bajos y medianos.
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Las complicaciones durante el
embarazo y el parto son la segunda causa de muerte entre las muchachas de 15
a19 años en todo el mundo.
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Cada año, unos 3 millones de
muchachas de 15 a 19 años se someten a abortos peligrosos.
·
Los bebés de madres adolescentes
se enfrentan a un riesgo considerablemente superior de morir que los nacidos de
mujeres de 20 a 24 años.
Tasas
de natalidad
Si bien desde 1990 se ha
registrado un descenso considerable, aunque irregular, en las tasas de
natalidad entre las adolescentes, un 11% aproximadamente de todos los
nacimientos en el mundo se producen todavía entre muchachas de 15 a 19 años. La
gran mayoría de esos nacimientos (95%) ocurren en países de ingresos bajos y
medianos.
En las Estadísticas Sanitarias
Mundiales 2014 se indica que la tasa media de natalidad mundial entre las
adolescentes de 15 a 19 años es de 49 por 1000 muchachas. Las tasas nacionales
oscilan de 1 a 299 nacimientos por 1000 muchachas, siendo las más altas las del
África Subsahariana.
El embarazo en la adolescencia
sigue siendo uno de los principales factores que contribuyen a la mortalidad
materna e infantil y al círculo de enfermedad y pobreza.
Contextos
Algunas adolescentes planean y
desean su embarazo, pero en muchos casos no es así. Los embarazos en la
adolescencia son más probables en comunidades pobres, poco instruidas y
rurales. En algunos países, los embarazos fuera del matrimonio no son raros. En
cambio, algunas muchachas pueden recibir presión social para contraer
matrimonio y, una vez casadas, para tener hijos. En países de ingresos medianos
y bajos más del 30% de las muchachas contraen matrimonio antes de los 18 años,
y cerca del 14% antes de los 15 años.
Algunas muchachas no saben cómo
evitar el embarazo, pues en muchos países no hay educación sexual. Es posible
que se sientan demasiado cohibidas o avergonzadas para solicitar servicios de
anticoncepción; puede que los anticonceptivos sean demasiado caros o que no sea
fácil conseguirlos o incluso que sean ilegales. Aun cuando sea fácil conseguir
anticonceptivos, las adolescentes activas sexualmente son menos propensas a
usarlos que las mujeres adultas. Puede que las muchachas no puedan negarse a mantener
relaciones sexuales no deseadas o a oponerse a las relaciones sexuales
forzadas, que suelen ser sin protección.
Consecuencias
para la salud
Las complicaciones durante el
embarazo y el parto son la segunda causa de muerte entre las muchachas de 15 a 19
años en todo el mundo. Sin embargo, desde el año 2000 se han registrado
descensos considerables en el número de muertes en todas las regiones, sobre
todo en Asia Sudoriental, donde las tasas de mortalidad se redujeron de 21 a 9
por 100 000 muchachas. Cada año se practican unos 3 millones de abortos
peligrosos entre muchachas de 15 a 19 años, lo que contribuye a la mortalidad
materna y a problemas de salud prolongados.
La procreación prematura
aumenta el riesgo tanto para las madres como para los recién nacidos. En los
países de ingresos bajos y medianos, los bebés de madres menores de 20 años se
enfrentan a un riesgo un 50% superior de mortalidad prenatal o de morir en las
primeras semanas de vida que los bebés de mujeres de 20 a 29 años. Cuanto más
joven sea la madre, mayor el riesgo para el bebé. Además, los recién nacidos de
madres adolescentes tienen una mayor probabilidad de registrar peso bajo al
nacer, con el consiguiente riesgo de efectos a largo plazo.
Consecuencias
económicas y sociales
El embarazo en la adolescencia
puede también tener repercusiones sociales y económicas negativas para las
muchachas, sus familias y sus comunidades. Muchas adolescentes que se quedan
embarazadas se ven obligadas a dejar la escuela. Una adolescente con escasa o
ninguna educación tiene menos aptitudes y oportunidades para encontrar un
trabajo. Esto puede también tener un costo económico para el país, puesto que
se pierden los ingresos anuales que una mujer joven hubiera ganado a lo largo
de su vida de no haber tenido un embarazo precoz.
La
respuesta de la OMS
En 2011 la OMS publicó junto
con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) unas directrices sobre
la prevención de los embarazos precoces y la reducción de los resultados
negativos para la reproducción. Las directrices contienen recomendaciones sobre
las medidas que los países podrían adoptar, con seis objetivos principales:
·
reducir el número de matrimonios
antes de los 18 años;
·
fomentar la comprensión y el
apoyo a fin de reducir el número de embarazos antes de los 20 años;
·
aumentar el uso de
anticonceptivos por parte de las adolescentes a fin de evitar el riesgo de
embarazo involuntario;
·
reducir las relaciones sexuales
forzadas entre las adolescentes;
·
reducir los abortos peligrosos
entre las adolescentes;
·
incrementar el uso de servicios
especializados de atención prenatal, en el parto y posnatal por parte de las
adolescentes.
Además, la OMS participa en
diversas iniciativas junto con organismos y programas conexos, como la
iniciativa «H4+», en la que también participan ONUSIDA, UNFPA, UNICEF, ONU
Mujeres y el Banco Mundial. La iniciativa tiene por objeto acelerar el progreso
hacia la consecución del Objetivo 4 de Desarrollo del Milenio (reducir la
mortalidad infantil) y el Objetivo 5 (mejorar la salud materna) para 2015.
Trata de abordar las causas profundas de la mortalidad y morbilidad maternas,
neonatales e infantiles, entre ellas la desigualdad de género, el matrimonio
prematuro y el acceso limitado a la educación para las niñas. Además, se alinea
estrechamente con los planes de salud nacionales y proporciona apoyo financiero
y técnico a los gobiernos.
1 comentarios
Me gusto mucho, esta muy buena la información.
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